domingo, 13 de octubre de 2013

S Francisco Javier en Yamaguchi. Esculturas de Pamplona IX





Con un aparente carácter no figurativo, en esta escultura es posible descubrir la imagen de una de las iconografías más características del Apóstol de las Indias, como es la del santo en éxtasis, con la mirada elevada hacia lo alto y abriéndose la sotana a la altura del torso para mostrar su corazón en llamas.

Faustino Aizkorbe es un artista que pretende abarcar todos los materiales y técnicas, participa del espíritu de la escuela escultórica vasca, con esa vena trágica, primaria y austera que le es común y que supieron percibir Oteiza, Chillida, Basterrechea y Mendiburu, de los que asimila conceptos y técnicas. En su trayectoria artística adquiere relevancia su faceta como escultor de obras para ámbitos públicos. Sobriedad compositiva, belleza y elegancia del diseño, contundencia y perfección formal en el tratamiento del material, constituyen las notas dominantes de una escultura en la que no resultan ajenas sus investigaciones en torno al vacío y al descubrimiento del espacio interior.


En el año 2006, el Ayuntamiento de Pamplona se sumó a los actos conmemorativos del V Centenario del nacimiento de San Francisco Javier (Javier, 1506-Sancian, 1552) encargando esta obra a Faustino Aizkorbe, quien ya había realizado diversas esculturas del santo para Yamaguchi (Japón), Sancian (China), Goa (India) y en la propia localidad de Javier. Cfr. José Javier Azanza L.

Francisco de Javier nace el 7 de abril de 1506 en el castillo de Javier. Su padre, jurista, es entonces consejero del rey Juan de Albret, su madre pertenecía a la nobleza. Sus dos hermanos tuvieron parte activa en las guerras que marcaron la infancia. huérfano a los tres años, Francisco crece en un clima de división y guerras, en su propia morada sujeta a la tiranía moral y material, de parte del lado navarro como del castellano. Cuando a los 18 años se firma un convenio de paz, Francisco elige entonces su futuro, continúa sus estudios de humanidad en la famosa universidad de Sorbona en París. Es aquí donde, compartiendo su cuarto con Ignacio de Loyola, y después de un camino de discernimiento mutuo, Francisco es tocado muy profundamente por una frase de Ignacio de la cual no se olvidará jamás, y que determinaría desde entonces el rumbo de su vida: "¿de que sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?". Francisco elige desde ya ganar su alma y la de muchos.

Martmartu 1534: en compañía de siete compañeros, Francisco pronuncia sus votos de pobreza, castidad y peregrinación a Tierra Santa, según unos preceptos estrictos de Ignacio de Loyola. Así comenzó la "Compañía de Jesús" aprobada por el Papa. El 24 de junio fueron ordenados sacerdotes, pero la guerra de Venecia y los Turcos hizo imposible la realización del deseo de estos apóstoles de ir a Tierra Santa. Así el 7 de abril de 1531, Francisco parte para las lejanas tierras de la India junto con uno de sus compañeros, Llegados a Goa, se ven confrontados a miles de males entre ellos, la peste. Francisco se dedica a dar confianza y a descubrir a todos el amor de Dios, a curar y hasta hacer milagros. Evangelizando jóvenes abre escuelas, colegios, dispensarios, bautiza sin descansar jamás aceptando por amor miles de sacrificios y llevando a todos a la oración y a la conversión.

En 1543 vuelve a Goa, y llega a Pesquerías cuando se declaró la guerra entre el reino de Comorín y el de Travancor. Enfrentándose solo a las fuertes tribus, armado íntimamente de un crucifijo en la mano y de su palabra, pone fin a la guerra milagrosamente. En 1546, parte Francisco para Amboino, isla en la cual entra hablando y cantando en el idioma popular como si hubiese vivido siempre ahí. Desde allí emprende la visita de todas las islas de Oceanía. Después de esta larga expedición, Francisco decide volver a Goa para encontrarse con sus compañeros llegados a Europa, asignarles el campo apostólico y prepararse para llevar la fe cristiana hasta Japón. En Malaca, en el año 1547, se encontró con Magno, un japonés insatisfecho con la religión que le habían enseñado sus bonzos(sacerdotes Budistas). Magno invitó a Francisco a ir a predicar la doctrina de Cristo a sus paisanos. En abril de 1549 emprendió el viaje hasta Japón junto con su amigo. Adoptando el estilo oriental Francisco conversaba con el pueblo mientras Magno le servía de intérprete. Después de un año en Kangoshina, en donde escribieron un catecismo, partió por Yamaguchi y luego hacia la costa, aguantando miles de pruebas y rechazos. De allí aprovechó la salida de un barco portugués para ir a visitar las misiones de la India y preparar su viaje a China. Habiendo aportado un regalo muy rico para el rey de China, llegó a una isla desierta a 150 kilómetros de Cantón. Era a los fines de agosto de 1552. Allí Francisco espera en una total soledad y pobreza una embarcación para entrar lo más directamente posible a la China. Pero se enfermó y es aquí, a 150 kilómetros de esta tierra tan soñada de China, que entregó a Dios su alma, el 3 de diciembre.


Sobre el Caché:

Comienza el caché a los pies de la escultura San Francisco Xabier.
Para saber dónde está el final tienes que resolver dos operaciones:
1. Suma todos los números de las fechas que figuran en la base. El resultado lo vamos a denominar "X"
2. Cuenta el número de veces que está la vocal "A" en la base de la escultura "Tramontana". Al resultado lo vamos a llamar "A".

Te sugiero realices la búsqueda del Geocaché publicado por Gusito.

Disfruta de uno de los parques más bonitos de Pamplona.

Ayúdanos a mantenerlo limpio. Gracias.

Lleva bolígrafo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario