Aunque la escultura se centra en la faceta de Arazuri como historiador de Pamplona, quiere convertirse también en homenaje a la labor de una figura desaparecida, la del médico que sin horario visitaba a domicilio. El escultor es el artista Rafael Huerta, el cual desarrolla una producción artística en bronce, piedra, barro y madera, de profunda belleza y rotunda expresividad, en la que el rigor técnico se somete, sin aparente esfuerzo, a la intencionalidad creadora. Es un artista de corte clásico pero no academicista, ligado a las corrientes figurativas. A comienzos del año 2002, el Colegio Oficial de Médicos de Navarra con José Javier Viñes, como mentor, promovió la idea de rendir un merecido homenaje a José Joaquín Arazuri, médico pediatra e infatigable investigador de la historia de Pamplona fallecido en noviembre de 2000. La iniciativa fue ganando adeptos y varias instituciones culturales de la ciudad se unieron para sufragar una escultura en su memoria. Fue inaugurada el 2 de julio de 2003. Texto de José Javier Azanza.
El Dr. Arazuri, además de ser un médico vocacional de incansable labor, y de historiador sobre temas relacionados con la historia de Pamplona, fue un magnífico fotógrafo, de hecho en esta escultura aparece con una de sus cámaras. Si quieres conocer más sobre su figura, accede a este enlace.
Esta escultura fue diseñada originalmente con las gafas que solía usar el Dr. Arazuri, pero tras varias facturas de la óptica (fruto de gamberradas) aconsejaron dejarlo sin ellas.
Escultura a la Inmaculada
Se trata de una escultura de la Inmaculada, que muestra una imagen de María con las manos en posición orante, vestida con túnica y manto de amplio vuelo y dinámicos pliegues. Sus pies descalzos reposan sobre la esfera del mundo y el cuarto creciente, símbolos inmaculistas acompañados de angelitos y querubines. pone de manifiesto la pervivencia en el siglo XX del monumento inmaculista en forma de columna, siguiendo de cerca en su configuración al erigido en el siglo XVII en Granada, con escultura de Alonso de Mena. En este caso, el autor es el ovetense Manuel Álvarez-Laviada, artista de estética figurativa cuya formación en la década de 1920 en la Academia Española en Roma lo puso en contacto con la escultura clásica y renacentista.
El 8 de septiembre de 1954, en el marco del Año Santo Mariano que conmemoraba el Centenario del Dogma de la Inmaculada y coincidiendo con el día del Privilegio de la Unión, tuvo lugar la solemne inauguración del monumento. Texto de José Javier Azanza.
Monumento a Sanjurjo
El conjunto monumental está compuesto por monolito de piedra en el que se inscriben los relieves alegóricos en mármol de un hombre y una mujer que ofrecen su homenaje al General Sanjurjo, cuyo busto en bronce, actualmente retirado, culminaba la estructura. En el anverso del monumento figuran las fechas de su nacimiento y muerte «1872-1936». Fructuoso Orduna daba buena muestra en él del clasicismo realista que caracteriza la mayor parte de sus retratos y bustos. Ya sean realizados en mármol o en bronce, predominan la sobriedad y contención clásicas, a las que añade sus conocimientos de anatomía y el estudio concienzudo de los modelos.
El monumento a Sanjurjo erigido por suscripción popular, fue inaugurado el 13 de julio de 1929, acto al que no pudo asistir el homenajeado a causa de una enfermedad. En la madrugada del 26 de junio de 1972, coincidiendo con la fecha de la apertura oficial de los Encuentros de Arte de Pamplona, el monumento quedó dañado por el efecto de una bomba. Aunque fue restaurado y el 30 de diciembre de ese mismo año tuvo lugar su reinauguración, será objeto de ataques y actos de vandalismo en sucesivas ocasiones, de manera que el 23 de mayo de 1988, el Consistorio pamplonés por acuerdo plenario de 28 de abril, se procedió a retirar la efigie. Texto de José Javier Azanza.
Hemeroteca: Fotografía del día de la inauguración de este monumento.
Si deseas conocer una semblanza sobre Sanjurjo, accede a este enlace.
Hemeroteca: Fotografía del día de la inauguración de este monumento.
Si deseas conocer una semblanza sobre Sanjurjo, accede a este enlace.
Monumento a Navarro Villoslada
El monumento, elevado sobre un pedestal de tres gradas, está compuesto por una sobria estructura arquitectónica de trazado geométrico, diseñada por el arquitecto vasco Pedro Muguruza, a la que se suma un conjunto de tres esculturas, obra del escultor sevillano Lorenzo Coullaut Valera. A ambos lados se disponen las figuras de García Jiménez, señor de Abárzuza y las Améscoas, y de su esposa Amaya, hija del godo Ranimiro, protagonistas de Amaya o los vascos en el siglo VIII, la novela histórica de mayor fortuna de Navarro Villoslada.
En 1918, coincidiendo con el Primer Centenario del nacimiento de Francisco Navarro Villoslada (Viana, 1818-1895), la Diputación Foral de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona decidieron honrar la memoria del escritor, periodista e historiador navarro, con la erección de un monumento en su honor. Se abrió una suscripción pública para contribuir a los gastos del monumento; y a su vez, convocó un concurso de proyectos con carácter abierto. El 26 de septiembre de 1918, en la celebración del homenaje al escritor, tuvo lugar la inauguración de su monumento. Texto de José Javier Azanza.
Si deseas acceder a la versión digitalizada de Amaya o los vascos en el S. VIII accede a este enlace.
La capilla de San Fermín se encuentra dentro de la parroquia de San Lorenzo. Es como un "anexo" a la misma.
En ella se encuentra una de las esculturas más famosas del mundo: la imagen de San Fermín, aunque no es la Venus de Milo, es venerada por todos los pamploneses, navarros, y extranjeros que vienen a las fiestas en honor a éste santo. El manto que lleva se le llama tradicionalmente el "capote de San Fermín". Si durante los encierros algún mozo ha estado en peligro y ha salido ileso, suele decirse que le ha ayudado San Fermín con su "capote". Su color es rojo al ser mártir.
La imagen data del siglo XV, es policromada, y tiene un recubrimiento de plata. Esta imagen se colocó en esta ubicación el 6 de julio de 1717, y desde entonces sólo sale en las procesiones en su honor el día 7 de julio de cada año.
La tez se puede observar que tiene una tonalidad oscura, por lo que se le llama familiarmente "morenico". La razón es por haber sido tiznado por las velas que durante casi tres siglos colocaban cerca del mismo.
Si quieres ampliar información, accede a este enlace.
Plaza y fuente de Las Recoletas
Muy cerca se encuentra la plaza de Las Recoletas, también conocida como plaza de los ajos, por ser el lugar en el que se solía vender este producto. Ahora sólo se venden durante las fiestas en honor de San Fermín, y otras contadas ocasiones.
Sobre esta plaza y fuente te sugiero que accedas a este enlace en el que J.J. Martinena explica algún dato curioso.
Hace poco descubrí que el convento había sido usado por los invasores franceses durante la Guerra de la Independencia. Llegaron a hacinarse más de 1.000 personas entre sus muros. Ahí estaban recluidas las familias de los guerrilleros conocidos, sin faltar niños y ancianos. Las torturas, sufrimientos y desgracias no nos han llegado. Más información en este enlace.
Sobre el caché
Se encuentra en las coordenadas indicadas.
H.Kinder.
Lleva bolígrafo.
Sé discreto.
Disfruta del paseo, de la historia y tradiciones de Pamplona.
En ella se encuentra una de las esculturas más famosas del mundo: la imagen de San Fermín, aunque no es la Venus de Milo, es venerada por todos los pamploneses, navarros, y extranjeros que vienen a las fiestas en honor a éste santo. El manto que lleva se le llama tradicionalmente el "capote de San Fermín". Si durante los encierros algún mozo ha estado en peligro y ha salido ileso, suele decirse que le ha ayudado San Fermín con su "capote". Su color es rojo al ser mártir.
La imagen data del siglo XV, es policromada, y tiene un recubrimiento de plata. Esta imagen se colocó en esta ubicación el 6 de julio de 1717, y desde entonces sólo sale en las procesiones en su honor el día 7 de julio de cada año.
La tez se puede observar que tiene una tonalidad oscura, por lo que se le llama familiarmente "morenico". La razón es por haber sido tiznado por las velas que durante casi tres siglos colocaban cerca del mismo.
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Plaza y fuente de Las Recoletas
Muy cerca se encuentra la plaza de Las Recoletas, también conocida como plaza de los ajos, por ser el lugar en el que se solía vender este producto. Ahora sólo se venden durante las fiestas en honor de San Fermín, y otras contadas ocasiones.
Sobre esta plaza y fuente te sugiero que accedas a este enlace en el que J.J. Martinena explica algún dato curioso.
Hace poco descubrí que el convento había sido usado por los invasores franceses durante la Guerra de la Independencia. Llegaron a hacinarse más de 1.000 personas entre sus muros. Ahí estaban recluidas las familias de los guerrilleros conocidos, sin faltar niños y ancianos. Las torturas, sufrimientos y desgracias no nos han llegado. Más información en este enlace.
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