Museo de Navarra
Este caché está directamente relacionado con 5 de las mejores obras del Museo de Navarra que actualmente se pueden visitar. Incluye los mosaicos romanos de Andelos, el románico a través de los capiteles de la Catedral de Pamplona, pintura gótica, y por fin uno de los retratos del pintor aragonés Francisco de Goya, al Marqués de San Adrián. Los texto que explican las obras son del Museo de Navarra, y los comentarios son míos.
Para conseguir las coordenadas finales, se requiere la visita al museo. Ten en cuenta los datos que se incluyen al final del mismo relacionados con horarios, precios y otras sugerencias importantes.
A principios del siglo II a. de C. llegaron legiones romanas a la parte meridional del territorio de los vascones, comenzó entonces un proceso de romanización propiciado por la paz de Augusto y por el trazado de calzadas. Las ciudades se convirtieron en focos de irradiación de cultura latina que también llegó al medio rural.
Los mosaicos constituyen una muestra de la asimilación de las corrientes artísticas romanas. Este fragmento forma parte de un conjunto de tradición helenística que representa el tema mitológico de Baco en su regreso triunfal de la India. Fue encontrado en la ciudad romana de Andelos, cerca de Mendigorría, datado en el siglo I - II d.C.
Capiteles románicos de la Catedral de Pamplona
En la sala del románico se pueden contemplar siete capiteles dobles procedentes del claustro románico de la Catedral de Pamplona, tallados en la primera mitad del siglo XII. Cuatro de ellos están decorados con motivos vegetales de influencia musulmana. Los otros tres son figurados; en uno se describen escenas de la vida de Job, los otros dos narran la Pasión y la Resurrección de Cristo. Constituyen verdaderas obras maestras en su estilo y cronología.
Muy interesante el trabajo realizado por A. Ortega sobre el románico en Navarra. Aquí hay un enlace relacionado con su trabajo sobre estos capiteles.
Arqueta Hispano Musulmana de Leyre
Arqueta hispano-musulmana de marfil, elaborada en Córdoba en 1004-1005 (395 de la Hégira) por el maestro Faray y sus discípulos para Abd al-Malik, hijo de Almanzor. Denominada arqueta de Leire por haberse conservado en dicho monasterio como relicario de las Santas Nunilo y Alodia. Originariamente habría tenido un destino palaciego como se deduce de la representación de personajes cortesanos, escenas de cacería, justas y animales; todo ello ornado con una delicada decoración de ataurique y una inscripción en caracteres cúficos de la tapa.
Me ha parecido muy interesante esta página web sobre la arqueta. Son varias páginas en las que se explica con detalle su historia y el simbolismo de los detalles.
Pintura gótica de Juan Oliver
Durante la Baja Edad Media las relaciones de Navarra con Europa, especialmente con Francia, dejan su huella en las artes plásticas. En el Museo de Navarra se conserva una magnífica colección de pintura mural de este periodo.
La escena del
"Calvario" constituye el tema central de un conjunto procedente del testero del refectorio de la Catedral de Pamplona; aparece rodeada por otras cuatro escenas en las que se narra, en un magnífico gótico lineal, la Pasión, Entierro y Resurrección de Cristo. Flanquea el conjunto una serie de profetas y un registro inferior con juglares y motivos heráldicos.
Retrato del Marqués de San Adrián, de Fracisco de Goya y Lucientes
Pintura gótica de Juan Oliver
Durante la Baja Edad Media las relaciones de Navarra con Europa, especialmente con Francia, dejan su huella en las artes plásticas. En el Museo de Navarra se conserva una magnífica colección de pintura mural de este periodo.
La escena del
"Calvario" constituye el tema central de un conjunto procedente del testero del refectorio de la Catedral de Pamplona; aparece rodeada por otras cuatro escenas en las que se narra, en un magnífico gótico lineal, la Pasión, Entierro y Resurrección de Cristo. Flanquea el conjunto una serie de profetas y un registro inferior con juglares y motivos heráldicos.
Retrato del Marqués de San Adrián, de Fracisco de Goya y Lucientes
Goya pintó al Marqués de San Adrián en 1804 un momento crítico de su vida, cuando acababan de denegar al artista el cargo de Director General de la Academia, probablemente a causa de su sordera.
Es una obra de madurez de Goya en la que demuestra su dominio técnico pleno. Aplica directamente la pincelada de color consiguiendo la plasmación de volúmenes, luces y texturas. Se trata de un retrato aristocrático con tintes románticos y profunda captación psicológica. El marqués, que acababa de ser nombrado Grande de España, posa en una actitud de aparente naturalidad y descuidada elegancia, vestido con traje de montar y un libro en la mano.